Flores preservadas.

Las flores preservadas llevan bastante tiempo entre nosotros, pero ha sido en los últimos 20 años en los que se ha expandido su uso de forma masiva. El principal causante ha sido la aparición de los nuevos procesos de secado y preservado.

Anteriormente la única forma de preservar las flores eran los procesos naturales de secado en los que se sometía la planta a un calor elevado entre 60 y 80 grados que evaporaba el agua sin destruir demasiado la planta pero haciendo ver los efectos del secado.

La calidad del resultado dejaba bastante que desear si buscábamos que el resultado tuviera algún  parecido con las flores naturales.

Con los nuevos procesos de preservado la flor ya no solo se seca, se introduce una solución conservante  por el tallo a modo de sabia que sustituye esta por una solución basada en gliceroles que conserva perfectamente la planta. 

Cómo funciona el proceso de liofilización.

La liofilización a grandes rasgos consiste en quitar el agua de las flores para que así se deshidraten, introducirlas en una solución de agua y glicerina y conseguir un tono y un olor genial para el resto de los años.

Lo podemos conseguir mediante el uso de unas máquinas especiales que se utilizan desde hace muchos años en la industria aplicados ahora en flores y plantas, como hemos comentado lo han hecho sustituyendo la savia la han sustituido por un líquido preservante como es la glicerina.  

Esto lo que consigue es que nuestra flor liofilizada dure en el tiempo, sea muy parecida a la natural y conserve su olor. Si se es experto en el proceso la planta conserva casi intacta su frescura, color, flexibilidad y olor.

La liofilización busca que conservemos esa sensación que tenemos cuando nos regalan un ramo de flores y queremos que nos perdure en el tiempo pues ese es el secreto emocional detrás de la liofilización, nos ayuda a conservar más tiempo las sensaciones vividas cuando nos regalan flores frescas en un acontecimiento.

Las flores liofilizadas no producen toxicidad.

La liofilización es un proceso natural realizado con materiales biológicos, no es tóxico además estas flores conservan parte de su olor aunque pasados unos meses deberemos perfumarlas si queremos que sigan oliendo.

Las flores liofilizadas no atraen insectos.

Aunque conserven su belleza y frescura y parecen recién cortadas recordemos que es una flor muerta y como tal no atrae insectos. Dispondremos de una bella flor casi viva que no atraerá más que alguna telaraña o polvo que limpiaremos con frecuencia.

Las flores liofilizadas no requieren mantenimiento.

Otra gran ventaja de usar flores liofilizadas es la no necesidad de mantenimiento. No será necesario abonar, ni regar, ni cambiar la tierra. Simplemente deberemos pulverizar algo de agua periódicamente para que desaparezca la acumulación de polvo si se tratan de flores frágiles como hortensias.

Las flores liofilizadas no dependen de la fecha de floración.

Una flor preservada dura años en su estado de máxima plenitud. Esta gran ventana temporal nos permite usar las flores cuando las necesitemos, podremos escoger una flor de invierno y usarla en periodo de comuniones o en verano sin ningún problema.

Son reutilizables!!

Siempre que seamos lo suficientemente cuidadosos con el deterioro  podremos reutilizar las mismas flores en eventos diferentes y ahorrar una elevada cantidad en costes. Un centro de mesa creado con orquídeas preservadas podrá ser reutilizado infinidad de veces.

Sin limitación geográfica.

Podremos importar flores de cualquier parte del mundo, de zonas que no sean autóctonas y de climas incompatibles con el nuestro. Por ejemplo, podremos importar flores de zonas desérticas y utilizarlas en ubicaciones geográficas de grán humedad.